Tendría yo 9 años cuándo mi papá que es abogado me llevo a la Ciudad de México por un tema jurídico, dejó el auto en un lugar cercano al zócalo y nos dirigimos a la sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ahí en ese momento nos hicieron pasar a la oficina del presidente de la Corte quién recibió muy atento a mi papá (ambos se conocían bien) y platicaron del asunto que lo llevaba a verlo, en ese momento se empezaron a escuchar murmullos y se oían pasos del exterior que iban hacía la oficina en la que estábamos, en ese momento entró Luis Echeverría Álvarez, nos saludó muy atento, bromeó algo conmigo (obvio, a un niño de 9 años hay que hacerle una broma para mostrar el lado humano) y de inmediato se dirigió al Presidente de la Corte para darle la indicación (eso si muy discreto) de varios asuntos que requerían la más pronta y expedita solución y que adjuntaba los criterios que debían usar los jueces para emitir la sentencia, se despidió Echeverría y nos dejó con el presidente que solo atinó a decir: “un hombre muy ocupado Don Luis”, dos cosas me sorprendieron en ese momento, que el presidente fuera a otro “palacio” (yo le hubiera ordenado que fuera al mío, pero después entendí que ir muestra quién es el que manda) a dar órdenes sobre un tema que supuestamente no era de su competencia y dos, que el titular de ese poder lo acatara sin chistar. Irónico fue cuándo en clases me hablaban de la división de poderes cuándo yo presencié algo que distaba mucho de serlo.
No hay que engañarnos, México SIEMPRE ha sido el país de “un solo hombre” en donde el “preciso, el mero mero, el jefe, águila”, etc. es el que manda en la vida y quehacer de todos, absolutamente todos los mexicanos; chance por allá por los dos miles nos hicieron creer que teníamos el poder de elegir nuestro “Preciso” en el 2000 para que siguiéramos en paz y no nos alborotáramos.
Paulatinamente los siguientes presidentes fueron otorgando cierta autonomía (no total) a los poderes para evitar más chamba y algunos realmente se la creyeron!.
Y si, podemos decir que los presidentes después de los 80´s habían sido un poquito más discretos en exhibir ese poder absoluto que tienen hasta que llegó Andrés. El tabasqueño es un enamorado del poder, lo buscó siempre, lo rascó, lo inhaló, vio la oportunidad y durante 18 años la perreó como nunca se había visto en el país (porque el que perdía una elección prácticamente se retiraba de perseguir otra) y finalmente la ganó. El asunto es que cada político aprende política conforme a sus tiempos y Andrés la aprendió en los setentas, años en los que el México de un solo hombre estaba en su apogeo, como no recordar esos informes de gobierno en el que el país se congelaba para venerar al ídolo máximo y se le hacían reverencias interminables por kilómetros, caían del cielo millones de confetis y aparecían miles de pancartas para festinarlo. Andrés sabe que a los mexicanos les gusta el patriarca, el papá, el que les soluciona todos sus problemas y se convirtió en eso, papá Andrés; hay quienes somos rebeldes al paternalismo, pero como ha quedado demostrado somos menos.
Tampoco es que hay que ser un genio para mover los hilos de la política mexicana una vez que se tiene el poder porque tienes a tu disposición más de 300,000 soldados, miles de millones para cañonear a los no convencidos y todo un aparato fiscal para someter a los más reacios, así que dominar a 500 diputados y 128 senadores que elaboran el aparato jurídico para someter todo el país es sencillamente fácil, así lo enseñaron los romanos y así lo siguen haciendo.
Pero al señor del país de un solo hombre no le gustó que algunas de sus divinas decisiones fueran detenidas por unas personas que aparentemente no comprenden que el sabe que es lo que les conviene a todos los mexicanos y fue a examinar a ver que estaba pasando en esa contraesquina de “su” palacio, tuvo evidentemente apoyo de personas que saben que lo que le conviene al país es el control total por parte de quién si sabe manejar a todos estos hijos de la patria y le dijeron que el país necesitaba una reforma total en ese poder que creía que se mandaba solo.
Si, al examinar a ese poder se dio cuenta que así como en los otros dos existen opacidades, corrupción, nepotismo, favoritismos, amiguismos y otras oscuridades que no querían que la luz de su sapiencia los iluminara y encima se creían autónomos. Quiso someter a la titular de ese poder pero la señora le salió respondona y como al supremo no se le discute le dio la vuelta, algo que mañoso y ladino como es el preciso (con el perdón de sus fans) y arcángeles que lo acompañan en la misión de guiar este país a superar a los daneses y otros que no tienen la fortuna de tener estos líderes, se fumó una reforma judicial.
Ahora, ¿es necesaria una reforma judicial? Claro que si, tienen décadas de privilegios, de oscurantismo, de ser el poder con menos transparencia (lo que es pues) y mucha altivez en sus designios que se vuelven INATACABLES (si, las sentencias de la SCJN son inatacables, o sea si te chingaron te chingaron y ya ni te muevas), así que preguntando para ver como podía controlar y llevar por el buen camino a ese poder descarriado encontró la mejor manera de hacerlo: haciendo que los ciudadanos responsables y preocupados por este país votaran para elegirlos, al final el pueblo es sabio y sabe lo que le conviene y esto aunque en el fondo parece una buena idea, mientras no exista una reforma electoral que complemente y proteja el voto hasta de los que votan esto es una pésima idea. México no tiene una segunda vuelta, no tiene el voto obligatorio, no existe la necesidad de tener por lo menos el 51% del padrón electoral votando, así que quién mejor sabe movilizar a las masas elegirá a los jueces, magistrados y demás fauna de ese poder, que parece templo Jedi porque nadie sabe como se mueve ni como se eligen ni como dan justicia al país, ya que si, hay que decirlo, la transparencia no es algo que les guste mucho (por eso deben de usar esas como sotanas del siglo 17).
Debe de haber un 98-99% de los mexicanos que no saben ni tienen idea de como un juez se convierte en juez, menos como se convierte en magistrado y de ser ministro pues creen que es de algún ministerio, como el de magia porque vieron Harry Potter pero si no pues, ni idea.
Entonces ¿Cuál es el miedo a que se elijan los jueces por voto popular? Pues porque no queremos oírlos exclamar como los diputados “es un honor……”, querríamos que fueran institucionales y no debieran el puesto a alguien que no fueran los que los votaron y votaran sus sentencias en favor de esos que los dedearon (o sea que les dieron el puesto por dedazo disfrazado de elección), pero volvemos al punto en el que esto se vuelve paradoja, ¿a quién le van a responder? ¿al partido que los hizo jueces, magistrados, ministros, etc.? o a los que los votaron, ah pues es que los que los votaron son los del partido que los hizo ganar, ah pero ¿y si no son votados? Ah pues entonces son seleccionados por el mismo poder judicial en alguna de esos obscuros recintos de los que los mortales jamás hemos oído hablar (o sea que se autoeligen) o los nomina el poder ejecutivo.
¿Le hacía falta un senador para aprobar la reforma? Ah pues facilito, tu que eres el dueño del designio de los aparatos investigadores y de presión del país y que le sabes todo a todos encuentra al más pendejo que tenga la cola más larga y mételo a cintura, sobre todo si es bravucón (pero zacatón) y toda su familia esta más cochina que puerco en lodazal. Todavía le sobraron 2 o 3 creo ja ja ja pero la doblada que le dieron a Yunes (a los dos) fue épica……., É-PI-CA.
Pero volvamos al cuento, ¿Cuántos ciudadanos normales han podido exponer su caso ante un juez? ¿Cuántos han podido ser escuchados (no en papelito que leen los secretarios y proyectistas (como que no saben que es un proyectista) sino ellos, los jueces) para exponer lo que en derecho creemos que nos corresponde?
Ahora que tampoco es como que alguna vez hayamos escuchado que se les da propina a los de la mesa, a los secretario y a los jueces ¿verdad? O ¿se habrá clavado la lana el abogado calumniando a esos próceres del poder judicial? Ni Dos lo mande.
Bueno ¿y que procede? Pues dejarse llevar por el rio y tener la recomendación que hizo Gorbachov a sus más cercanos: “Si quieres cambiar el sistema tienes que ser el que puede cambiarlo”, en este momento es el señor López y parece que el recinto presidencial se traslada a la chingada.
Como buenos deseos esperamos que los jueces y demás sujetos a elegir hagan un papel decente en la impartición de justicia y que transparenten puntualmente como van a hacer un cambio positivo en la impartición de justicia, un tema pendiente desde hace muchos, muchísimos años.
¿Corruptos los del poder judicial? Obvio que los hay, como en el poder legislativo y en el poder ejecutivo, ¿todos? Obvio que no, pero este cuento todavía no acaba y honestamente ni siquiera sabemos como va a acabar, pero eso ya le tocará a “la señora presidenta”.
Nos vemos pronto, se despide de ustedes José Luis Galindo Sosa
#AMLO
#Reforma Judicial
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